El calor, la humedad, todo me suena ya a broma,
no como flanes ni helados, ahora como sólo, con una bandeja, en medio del comedor,
nadie me mira y nadie sabe como me llamo, llevo el pelo corto y paso desapercibido,
nadie puede tomarme el pelo, y nadie puede estrellarse contra mi pecho,
no tengo sellos en las manos ni colgantes por el cuello,
me siento insulso, sólo y compungido, atormentado y asustado,
tengo claustrofóbia, fuera de aquí nunca me había dado cuenta,
pánico hacerlo mal, a ser sancionado, a dejar de pensar en esto,
voy al lavabo i me despejo, aún me quedan muchas horas, y la sensacion de libertad
aún no la veo ni asomarse por los espejos retrovisores de mi triste y cada vez más negro coche, lágrimas por el pasillo, mi toallita mojada de agua con sal, mis piernas hinchadas y relinchando por el dolor, alcanzame y déjame irme de aquí, un balazo en la costilla, dónde quieras, pero mátame ahora que ya estoy muerto, no me mates cuando esté vivo...