Tú y yo tenemos una cultura propia. Pocos creían que encontraría alguien que la tuviera similar a la mía, tienes razón, pero creer es de pobres y tú siempre lo has sido. Ahora somos asertivos infinitamente, creemos en lo que dice el uno y no-creemos en lo que diga nadie más. Ampliamos nuestros conocimientos riéndonos de nosotros mismo. Dormimos, comemos petit-suisse en la cama y follamos sin tener miedo de romper ningún muelle. Nos creemos mejor que nadie. Analicémonos bien porque de esto se trata, de no fallar en mucho tiempo, porque creo que ya has traspasado eso que siempre he odiado tanto y que nunca conseguía desentenderme de él.
ES-cuchame CU-ando DO-mo tu mente. Porque aunque creas que no lo hago, cada vez te obligo a quererme más. Sin querer, tu también me estas forzando, a ser mejor persona y a entender que el querer no significa tener miedo, porque el miedo, ya lo pasamos cuando pensamos en des-tocarnos, ese es el miedo que tengo hoy, que nuestro etnocentrismo siga adelante y cada vez seamos más insoportables, amor.