Vistas de página en total

sábado, abril 20, 2013

Noches de ciudad


Me llevaste a un apartamento al sur de la ciudad,
yo no tenía ni idea qué hacía allí contigo ni cuándo nos habíamos conocido,
el olor, el movimiento, los colores, todo me llamaba la atención,
aquél no era lugar para jóvenes como yo, tú ya eras toda una mujer construida a base de dolor, rabia, ira e impotencia.
Me acompañaste a la entrada de tu domicilio, y me susurraste que entrase rápido, ningún vecino podía verte con un joven a esas horas de la noche!.
Entramos y rápido me serviste un whisky con hielo, te había repetido mil veces que tenía que ir a trabajar, pero a ti te dio igual, solo querías emborracharme, te lo noté desde que nos vimos por primera vez en "Club 27" en la calle O'higgins, ese puto antro donde no paraste de provocarme con tus escaramuzas y tus movimientos provocativos. Cuando me concentré un momento escuché cómo las gotas de agua retumbaban en tu fregadero, era un ruido sórdido, estremecedor, porque toda tu casa simplificaba cualquier sonido posible.
Yo aún con la cabeza en otra parte te miré fijamente y te desnudaste ante mí, sin yo poder evitarlo (probablemente tampoco quería) y te tumbaste en tu alfombra sin darle sentido a nada.
Me quedé anestesiado en tu sofá de piel roja mientras tú recorrías tu cuerpo con un hielo, invitándome a cambiarlo por mi lengua, yo me repetía insistentemente que no podía hacerte eso, que eras una mujer casada.
Solo recuerdo que el teléfono de tu habitación sonaba de una manera muy agresiva, contrastaba de forma agridulce con toda 'nuestra' situación, 
desgañitaba sin saber yo por qué no respondías. 
Me abroché los pocos botones de mi camisa que habías intentado romper, me coloqué de nuevo mi sombrero de 'gentelman' y te dejé ahí, haciendo un 'nosequé' en el suelo y sin despedirme, sin invitarte a nada, sin acariciarte ni una sola vez, como antaño, como había hecho siempre y como siempre logré enfadarte tanto, que hoy ya me cuesta recordar hasta la inicial que llevas tatuada en tu ingle, amor.




lunes, abril 01, 2013

Hoy es mi renacimiento

Qué jodidamente perfecto es renacer; pensé ayer cuando me despertaba. Y es que, nunca había tenido la necesidad de usar este verbo que tanta fuerza desprende. 
Siempre había vivido la vida sin más, sin importarme mucho qué pasaba en mi interior, vivía, sentía, disfrutaba y dormía tranquilo, sin más.
Pero últimamente, no sé si por mi corazón o por mi razón, las cosas dejaron de funcionar. Fui como aquel reloj de arena que le quedan segundos para finalizar pero que una pequeña piedra atasca el lugar de la salida y todo se frena, todo.
Empecé a pensar, y a darle vueltas al coco, y era como que un halo de color oscuro había recubierto mi cuerpo, algo que no podía desprenderme de él porque cada vez se agarraba más fuerte.
Empecé a ver cómo los chicos no podían con sus mochilas al salir del colegio, cómo los padres se follaban a las secretarias mientras sus mujeres les esperaban en casa, cómo los ancianos eran ignorados por el resto de la sociedad, y leía que las estadísticas de abandonos de perros cada vez iban 'in crescendo'. 
Entonces fue cuando me acordé que yo no era de esas personas que toleran todas estas cosas, y me hicieron recordar mis seres queridos que me habían otorgado un once del diez de mil novecientos ochenta y siete un objeto que hacía imposible la rendición en mi persona.
Me puse manos a la obra, y ahora estoy empezando a construir una de las mansiones más bonitas que nunca antes había contemplado, su vidriera exterior me permite ver sus dientes relucientes al entrar, su espejo en mi habitación me alquila sus pequitas cada vez que entra a verme, la ducha de mármol me recuerda por las mañanas cómo es su linda cintura, y construí la casa sin puertas! Por qué me preguntaron muchos? 

- Porque la siento directa muchachos, la siento a mi lado todo el día. 

Soltaban carcajadas a la vez que sus ojos se humedecían de verme feliz, y me gritaban;

- Eres el mejor poli-persona que conocemos!


Y así siguen aquí mis días, habiendo encontrado esa paz y esa estabilidad que necesitaba hacía meses, soy invencible, incapaz de ser ganado, y sólo y exclusivamente con ganarte la batalla esa a la que nos han retado las sábanas de mi nueva cama!



"Si me olvidé de mi por mucho tiempo, da igual, porque hoy es mi renacimiento"