Es un verano de esos bien extraños. El 90% de mi tiempo estoy solo, y no
significa que no esté rodeado de gente, no, sino que estoy solo en cuanto a
gente con "simbiosis" con "feeling" como dirían los cool. Temas monótonos, aspectos poco interesantes, cotilleos inecesarios y demás inundan mi día a día. Intento escapar de todo esto pero a veces, y digo solo a veces porque en ocasiones lo he hecho, me bloqueo en ese tipo de miedo que nunca sabes por qué lo tienes. Es un miedo de sentirme muy solo allá, de no atreverme a clickar en el botón de "Aceptar" en mi vida o el de intentar evitar el final que siempre he sabido que va a ocurrir.
Mis sentidos se agudizan cada día que pasan, de repente sumo o resto un par de kilos a mi vida, pero todo eso no me hacer ser especial, porque este es un puto verano irritante.
Es una época de esas en que crees que todas las ramas del árbol se tendrían que descolgar sin ayuda de ningún zarpazo de gato, esa época en que no te apetece
ni dar un beso a la persona que quieres entre comillas. Ayer y hoy, me aburro de todo esto. Necesito una vía de escape, y creo que aquí en España no la voy a encontrar...
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