Soy un puto fan de la Compañia Easy la del 506 Regimiento de Infanteria Aerotransportada, y los que poco ya me conocéis podéis dar fe de que hay una parte militar en mí, que aún no sé de dónde ha salido, y que hace que sea un hombre (uf, que mal suena eso de 'hombre') estructurado y disciplinado.
Eso es así, y creo que no lo voy a cambiar, porque ese toque hace que sea yo, hace que sea peculiar, singular, y me da un toque de 'particularidad' que aunque no me gusta del todo, hace que sea eso, particular.

Yo ahora, me siento como uno de aquellos soldados de la década de los 40, pero al contrario que ellos mi castigo no ha sido físico, no he tenido que subir ningún monte empinado, ni tampoco me han obligado a correr horas y horas sin sentido, pero creo que mi castigo ha sido mucho más intenso que el de esos soldados, aunque a favor de mi castigo, tengo que decir que yo no provoqué fallos mínimos o descuidé algunos detalles, yo simplemente la cagué (¿la cagamos?). Y ahora es fácil recordar en qué fallaste, y también es fácil fustigarse por cada mala interpretación, por cada falta de confianza, por nuestra aceptación de que eso era así, que era simple y que no lo queríamos complicar, todo eso ha provocado que hoy yo me sienta como un niño en el Campo Toccoa, sin oficiales ni subordinados, solo, sin haber sido entrenado y con duros castigos impuestos, así, de repente, sin yo esperarlo.
Me prometes un reencuentro lleno de vida, de alegría y de sol, yo ya estoy agotado, te juro que no puedo ni con los gramos que me pesa el alma. Me siento aturdido, sin fuerzas, con ganas de vomitar tanto cuanto duermo como cuando te pienso, y es que, al fin y al cabo, decidí vomitarte hace tiempo, aunque una cosa es lo que uno quiere, y otra lo que la bilis te permita.
No hay comentarios:
Publicar un comentario